CAPITULO 2 (4/8)
Salí del despacho como si me hubieran condenado a cadena perpetua con grilletes incluidos. Debía de tener al menos esa expresión en la cara a tenor de cómo me miraban mis compañeros:
- ¡Por dios, que cara! ¿Tan malo ha sido? – preguntó Isabel, que se había quedado de pie petrificada mirándome, cuando se dirigía a hacer unas fotocopias.
- ¡Bastante! Habrá… que currar… mucho –dije, lo que no expresé fue mi opinión personal sobre nuestra jefa. Nuestro trabajo se iba haciendo en previsión de una entrega los viernes por la mañana, porque nuestra revista salía a la venta los miércoles. Así que todo lo que teníamos hasta ese momento, con más de una semana de antelación, a nuestra querida jefa no le gustaba y pretendía cambiar casi toda la plantilla que teníamos para ese viernes.
- Seguro que es peor de lo que dices – Edu tenía la costumbre de hablar con nosotras sin apartar la mirada de la pantalla, mientras tecleaba.
- Bueno, a ver. ¿Cómo os lo digo?
- Como es, sin rodeos, rápido y sin dolor, a ser posible – soltó Edu, de nuevo mirando a la pantalla.
Él lo ha querido.
- Toda la semana de trabajo no nos sirve de nada. Tenemos que reestructurar todo, cambiar artículos que no le gustan, otros los ha suprimido por otros temas y… si es posible deberíamos intentar meter una entrevista con algún actor de moda. El que sea, no importa quién, pero quiere entrevista.
- ¿Cómo? – exclamaron los dos a la vez – pero, pero eso es imposible ¿Cómo vamos a hacer todo ese trabajo en cuatro días? ¿es que se ha vuelto loca? Y la publicación de la semana que viene ¿Qué? Vamos a tener que ir de culo más de un mes. – Isabel estaba que pensé que no habría forma de calmarla.
Edu se levantó, se me acercó, miró las hojas donde tenía apuntados los cambios y me dijo:
- ¡Reparte el trabajo, ya! ¿Qué tengo que hacer? Mientras antes empecemos… creo que vamos a perder unas cuantas horas de sueño, pero más vale ahora que retrasar las siguientes, sino será como el pez que se muerde la cola.
- Gracias Edu, agradezco tu entrega.
- ¡Esto me parece increíble! ¿Quiere torturarnos o qué? ¡pero qué más dará un artículo que otro! – Isabel se sentó delante de su mesa enfadada. Y yo me acerqué.
- Isa… tenemos que ser un equipo ahora más que nunca. Tenemos que sacarlo a delante – cogí un papel y escribí en él – estás serán tus tareas. Ya sabes, cualquier duda, cualquier cosa… me lo dices. Si hay algo que no quieras hacer intentaremos cambiarlo ¡Edu! – me giré hacia él – lo mismo te digo.